Así fué como Leticia no solo aprendió todo lo referido al manejo de su negocio, sino que además se convirtió en toda una experta. A fuerza de trabajo y dedicación, Juntos, Leticia y su familia lograron dominar el arte de llevar adelante un negocio exitoso, al mismo tiempo que mantenerlo constantemente en crecimiento.
En el 2011, un nuevo capítulo se sumaría a esta historia de este mercado único.
Priscilla Valladares, hija de Leticia, quien había crecido y pasado incontables horas entre las estanterías del mercado, cumplió 18 años y decidió unirse a trabajar en el negocio familiar. Ya sea como repositora, como cajera, o incluso como conductora, Priscilla poco a poco comenzó a involucrarse más y más en el negocio familiar. Leticia siempre inculcó a sus hijos el valor del trabajo duro, y con esta enseñanza como guía, Priscilla aprendió acerca de las complejidades de administrar un mercado exitoso.